Desde un tiempo antes a esa fecha, los trabajadores pedían la reducción de la jornada laboral a 8 horas, ya que solían trabajar entre 12 y 16.
Sin embargo el sector empresarial decidió no acatar lo promulgado por el Presidente de EEUU, por lo que los trabajadores de la ciudad industrial de Chicago iniciaron una huelga el 1º de mayo.
Desde ahí el conflicto se extendió a otras ciudades y terminaron parando más de 400.000 obreros en 5.000 huelgas simultáneas.
Tanto el gobierno como el sector empresarial creían que estaban ante el inicio de una revolución anarquista.
La fábrica Mc. Cormik de Chicago no reconoció la victoria de los trabajadores y el 1º de mayo la policía disparó contra los manifestantes en las puertas de la firma.
Los días siguientes murieron más trabajadores hasta que el día 4 estalló una bomba contra las fuerzas policiales en un suceso conocido como "el atentado de Haymarket".
El 21 de junio comenzó el juicio a 31 obreros acusados de haber sido los promotores del conflicto. Condenaron a dos de ellos a cadena perpetua, uno a 15 años de trabajos forzados y cinco a la muerte en la horca.
Estas 8 personas se convirtieron en los Mártires de Chicago, y por ellos y por haber logrado con esta lucha la reducción de la jornada laboral a 8 horas es que en 1889 se declaró que el 1° de mayo sería el Día Internacional del Trabajador.
